En los barrios más pobres de Latinoamérica existen los barrios que tienen “nombres propios”, en Argentina se los llama miseria, o villa, en México se los considera villa proletaria y en Venezuela se las llama barrios propiamente dichos. Las que son mundialmente conocidas son las FAVELAS BRASILERAS que albergan a millones de personas, en muchos casos se rigen bajo los reglamentos del crimen organizado.
Lula da Silva, presidente de Brasil, anunció que su gobierno destinaría 2 mil millones de dólares para mejorar esta situación que se sitúa en Río De Janeiro.
Con esto el gobierno intenta realizar una especie de “estrategia” para enfrentar la problemática de criminalidad y de exclusión que sufren estos barrios.
Da Silva cuenta que el narcotráfico tiene un “estado paralelo que maneja”, y esas zonas están regidas y administradas por éste.
La muerte de 19 personas en manos de las fuerzas de seguridad en las favelas de Río de Janeiro generó el rechazo por parte de las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales.
Los grupos de narcotraficantes y paramilitares ejercen presiones sobre la vida de las personas que viven en las zonas MÁS POBRES de la ciudad; éstos dominan TODO, y cuando decimos “TODO”, nos referimos a que ellos les manejan la vida, manejan que música escuchar, que medios de comunicación consumir y hasta que ropa usar. Los niveles de determinación a los que son sometidos son altísimos, y obviamente para quienes quieran transgredir la autoridad existen castigos, exclusión y hasta muerte.
Las favelas tienen el promedio más alto de muertes de adolescentes y jóvenes de todo Brasil.
Las favelas son TIERRA DE NADIE, o mejor dicho, tierra de las personas que se apropian, oprimen y matan los derechos de la gente que vive en ese lugar. Este territorio es gobernado por “el más fuerte” sin existir protección estatal o gubernamental que pueda proteger a las personas.
Lula da Silva, presidente de Brasil, anunció que su gobierno destinaría 2 mil millones de dólares para mejorar esta situación que se sitúa en Río De Janeiro.
Con esto el gobierno intenta realizar una especie de “estrategia” para enfrentar la problemática de criminalidad y de exclusión que sufren estos barrios.
Da Silva cuenta que el narcotráfico tiene un “estado paralelo que maneja”, y esas zonas están regidas y administradas por éste.
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1 comentario:
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