La crisis financiera y económica arraza América latina. Las ventas minoristas en Estados Unidos cayeron fuertemente, y lo mismo sucede con la producción de la industria. Este año ya se perdieron 850 mil personas perdieron sus trabajos; en septiembre, 150 mil. La tasa de desocupación puede saltar a más del 8%. En América latina esto quiere decir que se produce una reducción de exportaciones, baja de precios, restricción en inversiones externas, y bajan las remesas de los inmigrantes de la región que representan una red de protección social que cubre a más de 100 millones de latinoamericanos.
Un informe de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) muestra que la globalización financiera ha perjudicado notoriamente a los pobres. Aumentó la inestabilidad económica y contribuyó a hacer sociedades más desiguales. En los ’90 las crisis bancarias fueron 10 veces más frecuentes que a fines de los ’70. Entre 1990 y el 2007 la participación de los salarios como parte del total de ingresos se redujo en 51 de 73 países analizados. Donde más bajó fue en América latina y el Caribe, donde los asalariados perdieron un 13%. Por otra parte, la distancia entre el 10% de los asalariados con salarios más altos y el 10% con salarios más bajo aumentó un 70% a nivel mundial en ese período. Los CEO de las 15 mayores empresas recibieron en el 2007 sueldos 520 veces mayores a los de un trabajador promedio. En el 2003, eran 360 veces mayores, y hace 30 años, sólo 30 veces mayores. Dado que las ganancias de los gerentes generales estaban ligadas a las de las empresas, asumieron altos riesgos para ganar lo máximo en menor tiempo.
La brecha creciente de ingresos aumentael conflicto social. Por otra parte, según la OIT, incide en “tasas de delincuencia más altas, menor expectativa de vida, desnutrición, y deserción escolar, porque los niños van a trabajar”.
Pronósticos de la Cepal (Comisión Económica para América Latina) dicen que en América latina puede subir el número de pobres en 15 millones y superará los 200 millones.
Sectores de pequeña clase media, trabajadores y pobres no tienen ahorros que les permitan protegerse. Se requieren más que nunca activas políticas públicas de protección en donde colaboren las empresas y la sociedad. Mejorar los seguros al desempleo, aumentar las inversiones en salud y educación, fortalecer los programas de transferencias condicionadas, dar más recursos a gobiernos regionales y municipales para que no limiten sino que mejoren la calidad de los servicios públicos, promover la pequeña y mediana empresa. Sería un grave error en América latina recortar las políticas sociales.
Este artículo fue extraído del diario El Argentino y fué publicado el día 26 de Octubre de 2008
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